venres, 11 de xaneiro de 2019

Realización dun sketch 

Vos vou introducir unhas regras en castelán , para que vexades a diversidade de idiomas deste blog , no que se presentan 5 pasos para realizalo de maneira perfecta 

  1. El sketch está en la idea no en el texto
Un recién licenciado en nanociencia echa un currículum en el confesionario de una iglesia.  Un señor quiere ingresar dinero en un banco de semen. En un coche, una pareja empieza a discutir porque él siempre decide por ella, terminan divorciándose allí mismo y al final una voz telefónica irrumpe: “entonces, ¿patatas bravas o deluxe?”; abrimos plano y vemos que están en un autoburguer. La clave de un sketch está en la idea. No hay tiempo para desarrollar nada complejo (que no es lo mismo que desarrollar un sketch complejo), así que lo más efectivo es que la idea plantee una situación (una acción, un inicio dinámico) y que ésta contenga un conflicto cómicoclaro. Una vez se tiene la idea, existen recursos para sacar un mayor rendimiento cómico de ella (la exageración, la reiteración, el enredo, el chiste de línea…), pero son recursos complementarios, mecanismos para ‘rizar el rizo’ y elevar el grado de comedia que debería contener la premisa planteada. Del mismo modo, puedes meter unos diálogos muy mordaces y picados, pero si no tienen una buena idea a la que agarrarse se quedarán a medio gas. Vale la pena darle unas vueltas a la idea antes de ponerse a teclear. La idea es clave.
  1. Hay que plantear las situaciones lo antes posible
El sketch suele tener una extensión entre 1 y 3 páginas. No hay tiempo para mucho. Esto tiene que ser un ‘pim, pam, pum’. El conflicto debería quedar definido en el primer tercio del sketch, preferiblemente en la primera descripción o en las primeras líneas de diálogo. No hace falta contar que el recién licenciado va por la calle con un fajo de currículums, se planta frente a la iglesia, la mira dubitativo, se coloca bien las gafas, entra y se acerca al confesionario. Hay que ir al grano. Colocar a los personajes en la arena y enfrentarlos para que empiece la pugna. Tal vez empezar con un chiste rápido: El cura está leyendo la revista ¡Amén!, irrumpe un chico repeinado con gafas de pasta y una mochila mariconera: “Ave María Purísima. Vengo a dejar el currículum”. No olvidemos que el objetivo es provocar risas, y cuánto antes se provoquen mejor. Además, si el sketch tarda en arrancar y tienes dos páginas de margen, es fácil acabar comiéndose parte del desarrollo de la idea y, por tanto, también de la deseable escalada cómica.
  1. Risa ‘in crescendo’
La escalada cómica. Toda la comedia que pueda generar un sketch se debe construir de menor a mayor. Los chistes se deben ordenador de menos a más (la teoría del ‘1, 2, 3’ es tiro seguro). Si quieres expresar lo tacaño que es alguien primero dirás que recoge los céntimos del suelo y al final dirás que si se le incendia la casa en vez de llamar a los bomberos les hará ‘perdidas’. Del mismo modo, el desarrollo de la idea también debe trazar una línea ascendente. Hay un sketch inglés muy gracioso (lo cuelgo abajo) que plantea una terapia de gente con fobias cuyas fobias impiden que la terapia transcurra con normalidad. La idea es genial y regala buenos momentos de comedia gracias a su desarrollo ascendente, a un diálogo de equívocos que se va enredando cada vez más hasta decir basta. Un buen ejemplo de cómo provocar una risa ‘in crescendo’ partiendo de una buena idea y con chistes de línea a su servicio.
  1. Pim, pam, pum.
Entrar rápido, contar rápido, salir rápido. Pim, pam, pum. Las situaciones que tienen lugar en un sketch suelen sustentarse en tres o cuatro pulsos. No son historias profundas, no hay desarrollos paralelos, son situaciones cómicas, anécdotas cazadas al vuelo, y hay que prescindir de todo aquello que no haga avanzar la acción, contribuya al conflicto y la conduzca hacia el puñetazo final.
  1. El puñetazo final.
El ‘punch’. El ‘chimpum’. La cereza. Todo cambia en el último momento. Todo lo establecido hasta entonces estaba al servicio de este giro final e inesperado que lo pone todo patas arriba y te arranca una salvaje carcajada. El sketch te ha explicado algo, ha generado una expectativa, y la verdad es que hasta ahora no era especialmente gracioso. Pero, ¡pum!, faltaba lo mejor, el descubrimiento, la dosis extra, el puñetazo. O no. Tal vez sólo es un chiste que sirve de remate final, pero es un chiste que le da un empujón definitivo a la idea cómica. El sketch es un formato de consumo rápido. Es un pellizquito rápido y ligero entre horas. Es un bombón pequeño pero apetecible e intenso (símiles que se van de madre). El sketch tiene que dejarte con una sonrisa en la boca, y la manera más fácil de conseguirlo es poniendo lo mejor al final, en el último suspiro, antes del corte a negro. De ese modo el relato habrá terminado en alto y el espectador ávido de risas te lo agradecerá antes de pasar al siguiente sketch y se olvide del tuyo para siempre.

Ningún comentario:

Publicar un comentario

Bitcoin y Blockchain Dinero digital , sí estás leyendo bien. La primera se trata de una  criptomoneda  y la segunda es el  sistema de co...